miércoles, 27 de octubre de 2010

Capítulo IX (Parte I)

A la hora a la que se despertó ya no merecía la pena volver al sueño. Los ojos le brillaban como nunca, la saliva se acumulaba en grandes cantidades en el interior de su boca. No oía nada; casi nada. Conseguía escucharse a sí mismo y poco más. Cuando era la hora de levantarse, antes de que el despertador sonase, lo tiró. Estaba frustrado, enfadado y agobiado por él mismo. El golpe despertó a Rodka y éste fue a ver lo que ocurría.
-¿Qué ha pasado, Cosow?
-Nada, soñé con mamá y papá.
Su hermano quedó helado. Muerte asomaba por su boca rompiendo su silencio. Su mirada era hielo a más del cero absoluto.
-Y ¿qué pasaba en él?
-Pues que estábamos en casa y cuando era de noche…
-Para, prefiero no saberlo -interrumpió Rashkolnikov-.
-Pero necesito contártelo.
-A mí no me importa qué necesites; sabes que miro por mí y basta. Por ti en contadas ocasiones, y ésta no es una de ellas.
Cosow se fue a duchar. Cuando hubo terminado cogió la mochila y se fue a clase quince minutos antes de lo habitual. Al llegar a la Fölthram se sentó bajo la sombra del gran árbol que destacaba en el campus donde Dôrya estudiaba y escribió un minúsculo poema.
-¡Hola! -dijo la muchacha con alegría-, ¿recibiste el mensaje?
-¿Qué mensaje?
-Ah, pues nada. Era el que te decía que te quiero.
-Y ¿lo dices así, tan tranquila?
-Sí, claro ¿por qué no?
-La gente, yo al menos, no suele ser tan desvergonzada por llamarlo de alguna manera.
-Pues ni idea, Cosow. ¿Tú qué opinas de todo esto?
-Toma.
Le dio el folio de lo que había escrito y ella lo leyó en voz baja.
"Ella vive entre mis sueños,
entre parajes del que yo soy dueño,
contempla todas sus calles,
mientras descubre todos sus detalles.

Es inútil alejarla,
toda mi imaginación: lo que abarca,
entre suspiros despierto,
de repente todo se hace incierto.
Tenso el nudo de la parca,
en mi garganta cuando oye que mis,
emociones en su cuello.
se enrevesan se nublan; se atragantan.
¿Mi vida estará acabando?
Lo que implica una muerte de mi mente,
lo que implica un esfuerzo algo temprano,
¿Mis cicatrices sanando?
¿Cómo puede ser posible?
Mente hacia un agujero se dirige,
mente pretende lograr lo imposible,
¿Cómo puede ser posible?
Mi bebida preferida: tu boca,
Mi bebida descoloca."

-¿No eras tú quien decía que no era así?
-Digo demasiadas cosas, así que prefiero actuar.
La besó con tanta o más intensidad que en el sueño. El tiempo no se paró sino que murió; los relojes explotaron. El mundo era para ellos. Al separarse llegaron sus amigas y los vieron de la mano mirándose sonriendo.
-Te lo dije; te dije que terminarían juntos -le dijo Fröde a Sorela-.
-Ya veo. No entiendo cómo puede tener ella novio y yo no, si es poquísima cosa -susurró Sorela-.
-Eso son cosas suyas -respondió Fröde-.
-Felicidades -anunció Tresâh-.
Se fueron todas ellas dejándolos a ellos solos. Cosow ya sospechaba algo: eso terminaría mal y pronto. Demasiado pronto como para disfrutarlo todo lo que él querría.
-Me voy a clase -dijo Cosow-.
-Vale, ¿luego nos vemos?
-Está bien, paso por aquí a buscarte.
Cuando estaba cada uno en una punta del campus se oyó:
-¡Cosow!
La miró.
-¡Te quiero! -dijo ella sonriendo-.
Él le devolvió el gesto y las mismas palabras perdiéndose entre los estudiantes de aquella universidad.

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