miércoles, 20 de octubre de 2010

Capítulo VIII (Parte I)

No podía dormir. Era una sensación extraña, nunca antes experimentada. ¿O sí? Cosow era muy callado respecto a sus intimidades; y más tratándose de amor, o eso creía que era. Profundizar en su mente es introducirse de lleno en una oscuridad infinita. No podía compararse con la de su hermano, algo insalvable a estas alturas. Recordó una historia que le contó Rodka años atrás:
"Sólo una persona había intentado comprender el cerebro de ese filósofo y no acabó muy bien; ahora está en el Goròd, un centro de salud mental, desde hace cinco años, al comenzar la carrera de Filosofía. El profesor, un hombre joven aparentemente, fuerte, optimista, terminó ebrio de locura cuando intentó discutir en clase con Rashkolnikov un tema filosófico. El maestro impartía clase hacía quince años y nunca tuvo ningún problema con nada ni nadie.
Un día, Rodka preguntó una palabra mal escrita en el encerad: mayéutica.
-Aprovechemos este inciso para hacerlo -dijo Mart, el profesor-.
Todos soltaron el bolígrafo al unísono sobre sus pupitres menos Rashkolnikov que estaba terminando de copiar una frase.
-¿Qué sabéis? -preguntó Mart-.
-Nada -respondieron todos a la vez-.
-Lo que aprendo -se oyó en la tercera fila-.
-¿Quién dijo eso?
Rodka levantó la mano.
-¿A qué te refieres? Explícate.
-Yo sé lo que aprendo, no "nada". Sé, también, que la frase no es literal; todos sabemos algo, pero me parece una muestra excesiva de modestia que no estoy dispuesto a compartir.
-¿Qué piensas que es la vida, joven?
-Muerte. Experiencias vacías al fin y al cabo; porque ¿qué importa acumularlas si algún día no te servirán de nada?
-Para vivir y aprender, por ejemplo. Sentirse vivo, lo que debe buscar cualquier ser viviente.
-¿Para qué quiero vivir?
-Para aprovechar tu vida.
-No quiero una vida -respondió tajante Rodka-.
-Suicídate, pues.
-¿Por qué?
-Si no te gusta algo, te distancias de eso.
-Si no me gusta un sentimiento ¿lo alejo? ¿Cómo se hace eso?
-No puedes; es diferente un sentimiento de una opinión o un punto de vista.
-Una opinión genera un sentimiento y un sentimiento determina un punto de vista; ambas son igual de complejas.
-El profesor calló y todos miraron al muchacho.
-Sigamos con la clase -dijo Mart-.
Los días siguientes fueron casi iguales: cada clase el profesor traía un nuevo tema que debatir con él y, cada vez, era más corto que el anterior el tiempo que tardaba Rashkolnikov en desmontar su teoría. Mart  tenía que irse a casa tras cada charla con el joven y meterse en cama con todo apagado y cerrado hasta el punto de no poder levantarse de la cama y deber ir al médico. Le aconsejaron reposo y recetaron medicación, en vano. A los pocos meses, Rodka se enteró de que su profesor había ingresado en el Goròd y fue a visitarlo, pero en cuanto Mart lo vio se le abrieron los ojos como platos y se dio la vuelta, asustado. Llevaba una camisa de fuerza sucia, decolorada e iba descalzo. Tenía vaivenes acurrucado, tumbado en el suelo en posición fetal todos los días, mas en este, gritó. Aullaba palabras sin sentido, sacadas de la imaginación: " txo, txo…".

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