lunes, 18 de octubre de 2010

Capítulo VII (Parte II)

En el despertar del día siguiente Cosow había olvidado por completo lo sucedido la noche anterior en cuanto a su hermano. Se duchó, desayunó… su ritual matutino aunque con una excepción: justo antes de irse recordó lo que tenía que hablar con Rodka pero no le daba tiempo. Por lo visto, había quedado con Dôrya el día anterior para ir a clase juntos -algo que él no recordaba-, pero por no romper su palabra la fue a recoger a su casa. Vivía en la calle Khràl y atajaban atravesando la plaza de la ciudad hasta llegar al campus, con lo que se ahorraban unos cinco minutos de camino.
-Buenos días, Cosow -dijo Dôrya con una sonrisa-.
-Boungiorno, principessa.
Ella echó a reír diciendo que había visto esa película justamente el día anterior, mientras estudiaba. Él le respondió que ya lo sabía, que por eso lo había dicho y su amiga se le quedó mirando hasta que preguntó:
-¿Me espías, acaso?
-Sólo de vez en cuando; en las noches que me aburro y te invento.
Se puso colorada y repitió la pregunta -se notaba que no era una chica hecha para los piropos-.
-Entonces ¿me espías o no?
-No, no te espío.
-¿Cómo supiste, pues, que había visto esa película?
-Llámalo deducción.
-¿De dónde lo has deducido?
-Secreto.
Ambos fueron andando sin mediar palabra entre el frío que
hacía, la condensada niebla que no permitía ver ni tus pies y la oscuridad que reinaba en aquella ciudad especialmente aquel miércoles. Al llegar vieron que estaban esperando, junto a la entrada de la Fölthram, Tresâh y Sorela.
-Falta Fröde. ¿Dónde la habéis dejado? -preguntó el muchacho-.
-Está en casa; se encontraba mal -respondió Tresâh a desganas-.
-Bien. Pues hasta luego, ¿no?
-Sí -respondió Dôrya-.
Cuando se habían alejado, la chica se quedó parada con la cabeza mirando al suelo y sus dos manos agarrando la carpeta que contenía todos los apuntes del curso. Se colocó el pelo tras la oreja y miró de reojo como se alejaba poco a poco Cosow dejando salir una sonrisa que no pasó desapercibida ante las amigas, que echaron a reír.
-Así que C., ¿no? -preguntó con recochineo Sorela-. Por eso esa letra tan especial dentro del portafolios…
-No digas tonterías. Simplemente me parece… atrayente. No hay otra palabra para definir a ese chico.
-Sí la hay: encantador, listo, agradable, culto, gracioso, imaginativo, soñador, poeta, misterioso, extravagante, ingenioso… eso en cuanto a los calificativos positivos. Los negativos son más extraños pero aún más atrayentes como misántropo, egoísta, hipócrita, cismático, borde… -intervino Tresâh-.
-¿Todo eso piensas del?
-No. Es lo que piensan sus compañeros de clase. Dicen que nunca habla con nadie, se recluye en su mundo toda la clase y no cuenta nada a nadie.
-¡Tonterías! Seguro que es uno de los más populares en su clase.
Sonó un tenue timbre y comenzaron a correr hacia sendas aulas. Cuando llegaron a sus clases, Dôrya se dio cuenta de que no tenía el móvil. Palpó sus bolsillos veces y veces en busca de aquel teléfono pero no lo encontró por ninguna parte. Cosow recibió un mensaje en clase de Bioquímica Molecular con números de teléfono; cada uno con sus respectivos dueños: uno de Sorela, otro de Tresâh -de quien provenía el mensaje- y el otro de Fröde. Ponía: "para cuando quieras quedar con nosotras y no tengas a Dôrya de intermediaria". Cosow ignoró el mensaje y siguió soñando en su mundo mirando el viejo sauce que se podía vislumbrar a través de la ventana. Era enorme. Allí solía pasar buenos tiempos con una persona hace algunos años, aunque ya pasaran esos momentos de felicidad.
Al terminar la clase fue a la siguiente y a la siguiente, y así hasta que terminaron todas. Fue corriendo a casa embriagado de nostalgia por aquel absurdo árbol con una gran y feliz historia que ni su hermano conocía. Llegó a casa y comenzó a escribir unos versos:
"La nostalgia vence en mi cuerpo constantemente,
La melancolía se cierne sobre mi mente,
La muerte me amenaza con descender en breves,
Yo, como de costumbre, la ignoro pues me debe,
Una vida longeva, vida completa y feliz,
La felicidad, de siempre, ha sido buena actriz,
Pensar tanto en negativo comienza a aburrir,
Así que, con permiso, me dispongo a dormir."

No hay comentarios:

Publicar un comentario